Cuando era pequeña creo que no me
gustaba mucho estudiar, porque siempre lo dejaba todo para el último momento y
estudiaba para aprobar los exámenes, no para APRENDER.
Tampoco me gustaba nada leer.
Cuantas veces cogía un libro y no era capaz de pasar de la segunda página. No
fue hasta los 20 años que le empecé a coger gustillo a eso de la lectura, pero
desde ese momento mágico, ya ha sido un no parar de leer y en mi mesilla de
noche siempre hay varios libros en danza y los voy alternando siempre que puedo.
En la treintena, tenía muy claro
que no quería volver a estudiar. No me apetecía nada de nada. Imagino que era
porque no había ningún tema por aquellos tiempos, que me llamara de verdad la
atención como para volver a las aulas y volver a hincar los codos. Pero fue
precisamente en esa época en la que siempre pensé que si pudiera “rebobinar” mi
vida y pudiera volver al colegio, estudiaría para aprender, no solamente para
aprobar los exámenes.
Y precisamente ha sido en los
últimos años que mi vida está cambiando y mis intereses también. He encontrado
un nicho de actividad que me apasiona y al que le dedico bastante tiempo a leer
y a estudiar.
Y desde hace casi dos años que estoy
inmersa en distintos cursos y estudios que he elegido libremente y por
devoción, por lo que mi forma de ir a clase y de estudiar ha cambiado
completamente. Ahora voy a clase a APRENDER, me preparo los exámenes con más
tiempo y lo hago con el fin de asimilar lo que leo y estudio y no sólo para
aprobar el examen.
Mis amigas dicen que parezco la “eterna
estudiante” y algo de razón tienen, ya que estoy en una época en la que me
gustaría poder ir a todos los cursos que me diera la gana, sin restricción
alguna y aprender un montón de cosas que me llaman muchísimo la atención.
Pero en mi caso particular, también
hay que pasar a la acción con todos esos cursos que estoy haciendo y eso es
también otra de las cosas en las que llevo ya bastante tiempo trabajando.
Mi aprendizaje en la vida es en
formato “ensayo-error”, sobre todo en los últimos tiempos en los que estoy
estudiando muchas y diversas cosas. Hay aprendizajes, cursos y herramientas que
uso constantemente en mi trabajo diario y hay otras que he descartado desde el
principio, bien por falta de interés en ese tema en concreto (aunque a priori
sí que parecía que iba a ser interesante y útil), o porque después de
utilizarlo por un breve periodo de tiempo, la materia se ha desvanecido por sí
sola.
De lo que sí que me he dado
cuenta es que nunca es tarde para APRENDER algo nuevo. De hecho, nunca es tarde
para HACER algo nuevo. Por mucho vértigo que nos dé la posibilidad de un nuevo
inicio y toda la incertidumbre que ello conlleva.
Y se me viene a la cabeza el documental
¿TE ATREVES A SOÑAR? de InKNOWation (7.30 minutos de duración):
Y tú, te atreves a soñar? Enjoy the show!!