viernes, 17 de octubre de 2014

COMO INICIAR UN BLOG PROFESIONAL






Dicen que para tener éxito en algo hay que poner mucha ilusión, esfuerzo (esfuerzo, trabajo, la combinación de ambos… llámalo como tú quieras) y persistencia.

Yo tengo mucha ilusión por mi proyecto profesional, sé que le pongo todo el esfuerzo que mi interior me va permitiendo cada día de mi vida y persistencia no me falta.

Ahora tengo la ardua tarea de escribir 1 artículo a la semana para mi blog profesional (pura estrategia de márketing, para que negarlo) y tengo que decir que me he llevado una grata sorpresa conmigo misma. Ahora te lo cuento…

Cuando me lo dijeron la primera vez (lo de escribir 1 artículo a la semana) casi me da un mareo y cuando me explicaron que había la posibilidad de contratar a un periodista que escribiera los artículos por ti, mi cómoda y resistente mente se puso en modo “pues yo lo contrato, porque eso es lo más fácil y lo más rápido”…

Porque igual que me pasó con las conferencias, lo primero que pensé fue “¡¿y sobre qué voy a escribir yo?!”. Pero una vez más he comprobado que una vez das el paso y comienzas a hacer algo nuevo, el resto fluye solo. ¡Aparece la magia como por obra de arte!

Trabajando con mi compi-coach AN sobre este tema (no saber qué contar en mi blog profesional), él me retó a que le explicara cosas sobre mi trabajo: cosas que había conseguido y de las que me sentía orgullosa, cambios que veía en la gente con la que trabajaba, cualquier anécdota que me hubiera pasado por muy tonta o sencilla que fuera… Y es que el problema que tengo es que yo misma soy la que no le doy importancia a las pequeñas cosas que voy consiguiendo. Me parecen cosas tan normales, no retos que voy superando. Y eso que estoy muy acostumbrada a celebrar para mí misma cada pequeño paso que doy y también acostumbro a felicitar muy a menudo a los demás, cada vez que ellos dan un pequeño paso hacia adelante en sus vidas.

Total, que dándole vueltas a la mollera, al final pensé que ya que tenía hechas varias presentaciones de mis conferencias, igual podría apoyarme en todo ese material para escribir sobre alguna cosa…. ¿Apoyarme he dicho?? ¡Creo que me he columpiado en todo el material que tengo y lo he exprimido como un limón!!

Cuando cogí la primera idea y empecé a escribir sobre ella, se me abalanzaron por lo menos 2-3 ideas más para próximos artículos y de repente me di cuenta que de algún modo habría que hacer alguna introducción a ese blog, así que de ahí nació la idea para el primer artículo.

No podía estar más contenta. Casi sin darme cuenta, había pasado de tener 0 ideas a tener una lista de 7 artículos sobre los que escribir. Y antes de lanzar al universo el blog, ya tengo 4 artículos publicados de los que todavía nadie sabe de su existencia. Asombroso, ¿no?. Ahora cuando pienso en este nuevo reto, ya no lo veo como una “ardua tarea” como comentaba al principio. Lo veo más como algo divertido que además va a formar parte activa de mi actividad profesional y eso me encanta.

Y tú ¿cuántas veces has tenido “retos imposibles” delante de tus narices y en cuanto has dado el primer paso  te has dado cuenta de que no eran tan imposibles como parecían?. Cuéntamelo, me encantará leerlo y seguro que así ayudas a mucha gente que como tú y yo, están frente al reto de coger el toro por los cuernos de algo que les parece imposible.



Nunca olvides de que TU PUEDES LLEGAR TAN LEJOS COMO TE LO PROPONGAS, POR MUY IMPOSIBLE QUE TE PAREZCA, SOLO QUIERES QUE QUERER HACERLO.





sábado, 4 de octubre de 2014

COMO PREPARAR UNA CONFERENCIA




Como ya sabéis, en Septiembre he empezado a hacer conferencias delante de público anónimo y desconocido. Ha sido todo un reto y algo que nunca antes había hecho, pero lo he superado con matrícula de honor y estoy muy orgullosa de ello.

En mi artículo sobre hablar en público, conté cómo perdí el miedo a ponerme enfrente de un montón de ojos que se te clavan en los tuyos y no dejan de prestarte atención durante más de 1 hora.

Ahora quiero contar cómo preparo esas conferencias, porque me he dado cuenta que tengo una forma muy peculiar de hacerlo…

Lo primero que tengo que reconocer, es que como buena procrastinadora que soy, lo dejo todo para el último momento, es decir, dejo poco margen entre la preparación del material y el día de la conferencia.

Primero ronda la idea en mi cabeza durante unos cuantos meses (3 más o menos).

Luego vuelco toda la información que tengo en un documento Word y me lo leo un par de veces antes de darme cuenta de que he escrito un ladrillo infumable que no hay quien se lo lea.

Es entonces cuando despliego mi buen hacer con los power points (de algo me tienen que servir mis 15 años de experiencia en grandes empresas, no?) y resumo el ladrillo infumable en puntos sencillos y fáciles de seguir, en un montón de diapositivas de PPT. Añado imágenes casi en cada página para que sea más entretenido, entre otras cosas, porque yo soy una persona muy visual y a mí me gustan más las presentaciones que tienen fotos o dibujos.

Cuando ya tengo el documento como a mí me gusta y con un margen de varios días antes de la fecha de la conferencia, envío el documento por email a mi marido y a mi gran amiga BM, para que me den sus respectivos puntos de vista sobre el material en cuestión.

A mi marido se lo envío porque ya está acostumbrado a oírme hablar de los temas sobre los que hago mis presentaciones y él me da su punto crítico sobre el formato general de la presentación y a mi amiga BM se la envío porque ella está en la misma onda que yo y me puede dar su punto de vista sobre el contenido de la misma. Es el tándem perfecto para mí.

Finalmente, un par de días antes de la conferencia, o incluso el mismo día, reviso la presentación diapositiva por diapositiva y la explico en voz alta para mí misma, analizando qué partes no tengo interiorizadas, intentando hilar experiencias de la vida cotidiana para poner ejemplos prácticos de las cosas que voy contando y controlando cuanto tiempo tardo en exponer toda la presentación.

El resultado siempre es el mismo: yo me siento muy suelta y segura hablando de lo que tengo en las diapositivas, el público permanece atento durante toda la duración de la conferencia y finalmente recibo felicitaciones por parte de los asistentes a las mismas. Qué más puedo pedir? NADA!!

Es cierto que solo estoy empezando en esto de dar conferencias en público, pero es algo a lo que le tenía mucho miedo y después de tirarme a la piscina, me he dado cuenta de que es algo mucho más fácil de lo que uno se imagina cuando no lo ha probado.

El miedo que nos causa nuestra mente antes de hacer algo, es mucho mayor y está totalmente alejado de la experiencia real.

Cuando tengas miedo de hacer algo, escucha a tu corazón y si las ganas de hacerlo son mayores que los bloqueos que te pone por delante tu limitada mente, tírate a la piscina e inténtalo! No pierdes nada y nunca podrás decir “me arrepiento de no haberlo intentado”.

 
Si te ha gustado este artículo compártelo con los demás, puede serles de gran ayuda.

También me encantará que me cuentes tus experiencias sobre hablar en público. Deja tu comentario y comparte con todos nosotros tus primeros pasos.