Contra todo pronóstico, el mes de
Agosto ha terminado siendo un mes movidito y afortunadamente muy entretenido,
por lo que estoy muy agradecida a la vida y al fluir de las cosas.
El día 1 llegó mi marido de
trabajar para compartir unos días de merecido descanso juntos y el tiempo nos
acompañó, dejándonos disfrutar plenamente de unos días de playa y vacaciones al
100%.
El día 5 llegó mi hermano mayor
con su hija y el nuevo miembro de la familia: Toby, un simpático y educado
perrito cruzado, heredado de la madre de mi sobrina, quien lamentablemente
trascendió del plano físico hacía apenas 1 mes. Descansa en paz MPM.
Me encantó la visita que me hizo
mi familia, porque esta vez hemos hecho cosas diferentes a las que solemos
hacer habitualmente. Normalmente nos quedamos por la zona en la que vivo y
alrededores, disfrutando de la playa matutina y paseos al atardecer, pero esta
vez hemos disfrutado también de visitas a localidades más alejadas, que ellos
no conocían y que normalmente yo no visito. También fuimos a algún que otro
evento nocturno en la gran ciudad, cosa que habitualmente tampoco suelo hacer.
Así que fue una primera quincena de Agosto diferente y muy entretenida. Gracias
hermanito por regalarme unos estupendos días con vosotros.
Tras el trasiego que tuve en casa
hasta casi mediados de mes, luego me pasé encerrada sin salir de ella durante 3
días seguidos. Creo que mi cuerpo, mente y espíritu necesitaban simplemente
descansar y estar a solas conmigo misma.
Tras unos pocos días de vuelta a
mi normalidad en solitario, en los que pude disfrutar con mis amigos de siempre
de la ya habitual cena de verano (que bueno estaba todo AO!!), mi amiga CB me
propuso acompañarla unos días a las fiestas de su pueblo, cosa que hice sin pensármelo
2 veces y disfruté como una niña pequeña de unas fiestas distintas a las que
nunca había asistido. Gracias C por darme la oportunidad de conocer ese
entretenido “pasacalles” con sus “diablos” y todos esos maravillosos y espectaculares
fuegos artificiales de la popular “carretillada” de tu querido pueblo. ¡Disfruté
como una enana!
A continuación fue ella – CB – la
que vino a mi localidad para pasar unos días junto al mar. Para mi sorpresa (y
creo que también la suya) pudimos disfrutar de varias jornadas playeras pese a
su alergia al sol. Hace varios años que otra de mis hermanas descubrió las
maravillas de las sombrillas que disponen de un recubrimiento metálico en su
parte interior y que no dejan pasar absolutamente nada de sol, por lo que
puedes pasar horas debajo de esas sombrillas sin protección solar (que no es el
caso) y sin quemarte ni un ápice. Gracias C por atreverte a probar algo
diferente pese a las antiguas reacciones de tu sensible piel.
Y así casi sin darme cuenta se me
pasó el mes de Agosto, que yo preveía en solitario y sin mucho más que hacer
que disfrutar de la playa, la lectura y alguna que otra visita a las salas de
cine cercanas.
Si hay algo que he conseguido
finalmente durante los últimos años de mi vida, es aprender a tener paciencia y
a no precipitarme en querer que ocurran los acontecimientos. Ninguno de ellos y
de ningún tipo. Simplemente si uno espera pacientemente y vive sin expectativas
más allá de las de disfrutar de cada día tal y como venga, todas las cosas se
van poniendo en su sitio y donde al principio se divisaba un futuro un poco
grisáceo, resulta que el presente de cada uno de esos futuros días tiene sus
propios colores y estos van cambiando cada día.
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