viernes, 27 de febrero de 2015

INSPIRÁNDOME EN LO CERCANO

 




Tengo un amigo, AN, que recientemente ha empezado a dar charlas gratuitas para promocionar sus talleres, pero no son la típica charla rollo (o no tan rollo) en la que te cuentan los beneficios de una cosa en concreto, te explican para que sirve y luego pasan el papelito para que te apuntes a probarlo. No, no son exactamente de este tipo de charlas.

Lo del papelito sí que lo hace, pero la finalidad del mismo es, sobre todo, saber qué red social es la que más capta al personal (cómo se han enterado de que daba una charla), averiguar si la gente está interesada en alguno de sus talleres y empezar a dar forma a una nutrida base de datos para luego poder ir informando de sus actividades via email.

Pero la forma que tiene de dar las charlas y los nombres que usa para publicarlas, me fascina. Y ya le he dicho que ha pasado a ser una de mis fuentes de inspiración.

Hacía ya tiempo que quería ir a escucharle, porque ha sido compañero mío de estudios y me interesa ver como enfoca los temas de los que yo también sé, pero que yo no tendría todavía muy claro cómo enfocar (cada uno tiene su habilidad, que le vamos a hacer).

Y es que él se pone a hablar de un tema concreto, explicándote como funcionamos como personas: cómo funciona nuestra mente y nuestra forma de actuar, por qué reaccionamos de una forma o de otra… y luego pone ejemplos prácticos que ilustran perfectamente lo que quiere transmitir. Los asistentes se animan y participan activamente en las charlas, poniendo sus ejemplos y sus experiencias en la vida. Eso le da mucha vidilla al grupo. Y durante la charla, AN siempre, siempre, siempre, te da herramientas prácticas para que puedas empezar a usarlas nada más salir por la puerta del garito donde hace las charlas. ¡Y eso me encanta!

Porque esta es otra cosa que también me gusta, el punto de encuentro. Hace las charlas en una tetería “mini” de la zona en la que él vive, donde caben poquitas personas y donde prácticamente le cierran el chiringuito para que tenga la tranquilidad de no tener un público no interesado en lo que tiene que transmitir al mundo. Porque hay que ser realistas, no todo el mundo está interesado en lo que a él le gusta compartir.

Así que después de ir a la primera charla, fui a la segunda y ahora ya me he apuntado a la tercera. Por que como ya he dicho, aparte de ser mi amigo y compañero de estudios, me gusta mucho la forma en la que cuenta aquello que quiere compartir con los demás y la forma en la que plantea cada tema.

La comunicación es su punto fuerte – así lo dice el también – y le gusta hacerlo sobre todo de forma presencial, por escrito también pero presencialmente se lo pasa mejor. Y es curioso que ya empiezo a ver las mismas caras en las charlas a las que he ido y estoy segura que en la siguiente voy a volver a ver caras conocidas. Al final formaremos una pequeña familia bien avenida J

La otra cosa que he comentado que me gusta mucho es la forma en la que anuncia sus charlas. Los títulos de las charlas para ser más concretos. Porque no son los típicos títulos generales y evidentes con los que piensas “vale, ya sé de qué va el tema”. No, te hacen pensar, porque están planteados desde otra manera de pensar las cosas. Es como si con el título te estuviera traspasando ya un aprendizaje. Lo pone todo siempre “en positivo” pero de una forma que hasta que no te explica exactamente lo que quiere transmitirte (que es la esencia del aprendizaje que se recibe en sus charlas) nunca te hubieras planteado el tema de esa otra manera de ver el mundo en la que lo plantea él. Es que hasta me cuesta explicarlo y verbalizar exactamente lo que quiero transmitir… ¿Se me entiende? Porque hasta yo misma me acabo de hacer un lío!! Jajajaja.

Así que a raíz de esas charlas he empezado yo a estrujarme la neurona para pensar en títulos divertidos y originales para mis artículos, que no sean los aburridos y obvios de siempre. Y me he dado cuenta que esa sencilla y simple cosa, me tiene entretenida y me divierte un montón. Algo tan simple como pensar en otro título para “consigue tus objetivos” o “consigue adelgazar” o “cambia de trabajo”.

¿Se te ocurren cosas divertidas, originales y diferentes para estos titulares?

¡Que pases un buen día!



 

jueves, 26 de febrero de 2015

SIWAK, EL ANCESTRAL CEPILLO DE DIENTES DEL FUTURO

 



Se me vienen un par de refranes populares a la cabeza a los que no paro de darle vueltas… “allá donde fueres, haz lo que vieres” y “vaya yo caliente, ríase la gente”.

Y es que está muy bien hacer algo en el lugar donde ves que se suele hacer, pero si sacas eso de aquel lugar y situación en la que lo has vivido y te ha parecido hasta curioso, a lo mejor queda hasta mal y todo. Y pensando pensando, creo que eso debe de venir de nuestra cultura y educación. O simplemente porque no estamos acostumbrados a ver algo en concreto y precisamente por eso nos choca.

Ayer iba en el tren (para variar) y en un momento determinado noté que delante de mí iba sentado un chico de color, de unos 20 años. Él iba sentado en unos asientos de 4 y yo estaba al otro lado del pasillo en una fila corredera de varios asientos. Más o menos me pillaba justo enfrente.

Me llamó la atención que tenía en la mano una especie de “palulú” que no paraba de chupar. Hasta aquí bien. Incluso pensé “anda mira, todavía existe gente que come el famoso palulú que comía yo hace 30 años…”(por cierto, esto me recuerda que me estoy haciendo mayor…). Ese palito que parecía una pequeña rama de árbol, que era blandito y que sabía a regaliz. Cuantos de nosotros no habremos comido un palito de esos… ¡Qué recuerdos de mi infancia!

Al cabo de un rato volví a levantar la mirada de mi móvil (si, si, me confieso, soy una de esas personas pegadas al móvil cuando voy en transporte público… aprovechando el tiempo, como digo yo, jejeje), bien pues como los chicos que estaban sentados en los mismos asientos que este chico en cuestión hablaban para todo el vagón de tren, en un momento dado que levanté la cabeza, vi al chico este del palulú dale que te pego con el palito en los dientes: chic-chac, chic-chac, chic-chac. Por un momento me quedé estupefacta…. No paraba de darle para delante y para atrás, por encima y por debajo, por las paletas y por las muelas, incluso a veces con la boca bien abierta por la parte interior de la boca, como si se estuviera pasando un palillo de dientes.

Esa imagen me impactó tanto que me quedé observando a ver que hacía y cómo lo hacía durante unos cuantos segundos seguidos. Luego el resto del viaje, me dediqué a observar discretamente como esta persona llevaba a cabo su ritual de higiene bucal, delante de desconocidos y sin importarle un pimiento lo que los demás pudieran pensar de él (o sí, vaya Vd. a saber…).

Tras el primer impacto, recordé que había visto en algún documental que en África es típico lavarse los dientes usando una rama de árbol. O por lo menos esa fue la “síntesis” con la que yo me quedé de ese documental. Así que tras el impacto, vino el recuerdo y luego la fascinación.

También sentí asco, para que negarlo, porque culturalmente en Europa no acostumbramos a lavarnos los dientes con un palo y mucho menos delante de todo el mundo. Es algo que solemos hacer en privado y en un cuarto de baño, lavabo, aseo, o donde nos pille, pero generalmente lo hacemos en un lugar cerrado y normalmente sin público.

Bueno, pues hace un rato cuando estaba buscando fotos en google para subir el artículo al blog, he puesto en el buscador “palo para limpiarse los dientes” y me he quedado sorprendida de ver tantísimas fotos sobre el “SIWAK”, que es así como se llama el “palulú” en cuestión….

Y justo ayer hablando con las Mosqueteras, BM me dijo que ella había visto tal “instrumento” en una tienda ecológica y hasta se había planteado comprarlo. ¡Casi me parto de risa! Y me he reído todavía más cuando he visto en google que la primera foto que me salía con eso de “palo para limpiarse los dientes”, era precisamente la publicidad de una tienda ecológica anunciando “cepillos de dientes naturales y ecológicos” y unas fáciles instrucciones ilustradas de su uso: ponerlo en remojo y cuando esté blandito pelarlo un poco, separar las cedras y ala, a rascar.

Con lo poco que he leído por encima y en diagonal, he aprendido que el Siwak se usa en la cultura musulmana para purificar la boca, así que he concluido (no sé si correcta o incorrectamente, pero eso no me importa) que aparte de africano, este chico debe de ser musulmán.

Creo que lo que más me ha llamado la atención de toda esta historia es saber que este tipo de prácticas se está introduciendo en las tiendas ecológicas de occidente. Y es que no hay nada como las técnicas ancestrales y naturales de mis amigos los africanos (tengo predilección por ese continente en concreto). Pero espero de todo corazón que si esta práctica se extiende, los Europeos sigamos haciendo buen uso de nuestra educación y sigamos utilizando un espacio privado para llevar a cabo nuestras tareas de higiene bucales, ya sea con un cepillo de dientes de plástico de los de toda la vida, o con un palulú reconvertido a instrumento de higiene bucal.

He dicho.

 


sábado, 21 de febrero de 2015

EL ARTE DE NO ESPERAR NADA




Esta mañana me he levantado con ganas de escribir (como viene siendo habitual últimamente) y estaba desperezándome en la cama, cuando me he puesto a pensar que realmente no sabía sobre qué escribir y que a lo mejor había llegado el día donde tendría que hacer eso de escribir 3 folios repitiendo continuamente la misma frase: “hoy tengo que escribir 3 folios y no sé sobre que escribir”.

He dejado esa idea de lado despreocupadamente y me he levantado sin más. He preparado el desayuno mientras pensaba que hoy tengo que ir a la compra, y mientras desayunaba ya me he acercado el ordenador a la mesa con la curiosidad de ver que se cuece por las redes sociales. Finalmente he acabado mirando las novedades de Facebook.

Me ha llamado la atención un artículo que ha enviado mi amiga BM a una de sus buenas amigas, EN, en el que se habla sobre no esperar nada de nadie ni de nada (incluida la vida) y en como cuando realmente llegas al punto de desapego de todo y de todos, la vida te empieza a dar sorpresas.

En ese momento ya me he inspirado sobre qué tema escribir, porque eso de las expectativas que tenemos en la vida continuamente, es un tema sobre el que ya he hablado en más de una ocasión.

Y es que es tan importante tener desapego a los resultados para no llevarnos decepciones en la vida una y otra vez, que es algo que intento practicar conscientemente a diario pero reconozco que es un trabajo en el que hay que ser constante y del que hay que observar mucho porque de él se aprenden muchas cosas interesantes.

Nuestro inconsciente es muy tramposo y muchas veces nos engaña con simples trucos, porque a veces pasa – como me pasó a mí el otro día con la película de las 50 sombras de Grey – que vamos al cine a ver una peli, con las simples ganas de disfrutar de un rato agradable haciendo algo que nos gusta y al final salimos de la sala pensando “bueno, podría haber esta mejor”. ¡¡Inconscientemente aparecieron mis expectativas!!

Y es que es muy difícil mantenerse neutro en todas las ocasiones y mantenerse totalmente desapegado de absolutamente todo. ¿Por qué? Porque somos seres humanos y tenemos emociones.

Recuerdo esta semana que fui a hacer la compra y tenía la idea de comprar unos caquis. Cuando llegué al súper vi que ese día no tenían caquis, me dio una rabia que me puse de todos los colores durante unos breves segundos, hasta que acepté que no había caquis y me tendría que ir a casa sin ellos. “Bueno, pues vale, que le vamos a hacer…. Otra vez será.”

La verdad es que ahora que lo pienso detenidamente y por algo que he escrito recientemente, me estoy dando cuenta de que he hecho un proceso de duelo en toda regla, automáticamente y sin darme ni cuenta. Que fuerte…. Eso sí, el proceso duró no más de 5 minutos, pero si lo analizo con calma, he pasado por todas y cada una de las etapas del duelo.

Voy a intentar recuperar la escena en mi mente…:

1.  Etapa 1: Negación - Llego al súper, busco los caquis y no los veo: “no puede ser, tiene que haber caquis, estarán en otro sitio”.

2.  Etapa 2: Ira - Tras buscar en toda la sección de frutas y verduras, realmente no están los caquis por ningún lado, eso me dio mucha rabia: “¡¡¡joe hoy no hay caquis, que rabia!!! ¿Por qué no hay caquis? ¿¡Por qué precisamente hoy que he venido justo a por ellos, hoy no hay caquis!?...”

3.  Etapa 3: Negociación - Pues a ver qué hago para comer otra cosa en vez de los caquis que tenía en mente: “si hubiera caquis, no me daría por comer cualquier otra guarreria….”

4.  Etapa 4: Depresión – Me siento mal, porque me doy cuenta de que realmente voy a pasar los próximos 3-4 días sin comer los caquis que tanto me gustan. Vaya por Dios…

5.  Etapa 5: Aceptación – “Al final me quedo sin caquis sí o sí, así que más vale que no le siga dando más vueltas al tema y asuma que hoy ya no quedan caquis”. Eso no está en mis manos y no hay nada que yo pueda hacer, así que tengo que buscar otra fruta alternativa, o simplemente soltar la idea de que quería comer caquis a toda costa. O ir a otro súper...

Anda que lo que ha dado de sí el temita de las expectativas, ¿eh? Sin comerlo ni beberlo he pasado por un mini-proceso de duelo del que no me he dado cuenta hasta 4 días más tarde y porque se me ha ocurrido recordar la anécdota de los caquis!

Menos mal que últimamente estoy aprendiendo a observar mi vida con atención plena y soy más consciente de las cosas, porque si llego a estar dormida del todo, ¡no sé qué sería de mí! (con esto quiero decir de que a pesar de intentar ser consciente, todavía tengo muuucho camino por recorrer, porque me doy cuenta de que todavía no me entero de que va esto de prestar atención a las cosas que me pasan en la vida…).

Lo dicho, que hay que intentar ir por la vida sin esperar nada de las cosas que hacemos ni de las personas con las que nos relacionamos, porque nos podemos llevar muchas decepciones y la vida ya es lo suficientemente complicada  como para que nosotros añadamos complicaciones extras porque nos da la gana.

Lo que tenemos que hacer es disfrutar de cada momento como si fuera lo último que hiciéramos en la vida, y punto.

 



jueves, 19 de febrero de 2015

50 SOMBRAS DE GREY – LA PELÍCULA





Esta tarde tenía varios planes hechos y aunque desde que se estrenó planeaba sobre mi cabeza la idea de ir al cine a ver la famosa película de Grey, quería ir a la charla de un compañero de clase, cosa que al final he tenido que cancelar porque se me había olvidado que tenía otra reunión (a la que sinceramente no me apetecía nada ir, no tenía ni apuntada en mi agenda y que me han recordado esta misma mañana), así que tristemente terminé cancelando mi asistencia a la charla de mi compañero y la idea de ir al cine.
Me he ido a hacer unos recados mientras hacía tiempo para la reunión, cuando algo menos de 1h antes de la misma y tras que la mitad del grupo dijera que no se encontraba bien debido a la gripe, catarro y demás virus que corren estas semanas por nuestro país, hemos cancelado la reunión y estamos buscando nueva fecha para la misma.
Me he cogido tal cabreo al pensar que ya no llegaba a la charla de mi amigo y que encima por la hora que era ya se me había estropeado la tarde de cine, que en ese mismo momento he decidido que tenía que hacer algo que me gustara mucho para quitarme la espinita de haber cancelado algo que me apetecía mucho y lo había sustituido por algo que no me apetecía nada y que encima se ha terminado cancelando.
La única alternativa que veía posible era ir al cine, pero pensaba que ya no me daba tiempo… ¡Falsa alarma! Grey me esperaba y aunque había hecho planes preliminares de ir a ver esa peli con mi marido la semana que viene, he asumido la posibilidad de ir a ver la película dos veces. No hay problema. Si mi marido quiere verla finalmente, iré con él en cuanto tengamos ocasión. La apasionada del cine soy yo, así que el riesgo de ver la misma película 2 veces seguidas, es un precio muy bajo para hacer algo tan placentero como sentarme delante de una gran pantalla.
Si eres de los pocos que como yo no te has leído los libros de Grey y quieres ir a ver la película, te recomiendo que dejes de leer este artículo de inmediato, porque a continuación voy a destripar la película por completo de cabo a rabo. QUEDAS AVISADO.
Lo primero que me ha impactado ha sido el armario del famoso Grey. ¡Dios! Es como el de Sexo en Nueva York!!! Que pasada. Uno de mis sueños en esta vida es poder tener un armario de ese calibre en algún momento de mi existencia terrenal. Si se hará realidad o no, solo el tiempo lo dirá. De momento a mí me toca esperar y soñar con que ese delicioso momento llame a mi puerta algún día.
Los actores…  La hija de Melanie Griffith y Don Johnson, que es mona, pero no mata - y encima de ser virgen no sabe lo que es un tanga ni una braga un poco sexy - es totalmente desconocida para mí; lo mismo me pasa con el famoso Grey, creo que no le había visto nunca antes en ninguna película y tampoco mata. O por lo menos a mí no me parecen ninguno nada del otro mundo.
Estos pimpollos acaban de salir de la academia de arte, ¿o qué? Tienen unos cuerpos estupendos no lo niego  (me han sorprendido las quemaduras de Grey en el pecho, no tenía ni idea de eso…) pero no hay en absoluto ninguna clase de química sexual entre ellos. O por lo menos yo no la he visto… Me gusta mucho más la pareja que hacen “Ana” y “Alberto” en VELVET, que estos dos novatos de la gran pantalla. Angelina Jolie y Brad Pitt también tenían muchísima más química en el Sr. y Sra. Smith.
Creo recordar que sí que empecé a leer algunas páginas del famoso libro y si recuerdo bien, el primer impacto de la 1ª vez que se ven los protagonistas, era la bomba (o eso recuerdo yo… ¿o me lo estoy inventando ahora mismo?... ya ni lo se…), pero en la gran pantalla no me ha impactado ni lo más mínimo. Al contrario, me ha parecido muy soso y ni siquiera divertido. Ella, que entra cayéndose al suelo en el despacho y él que está de espaldas con pose interesante y se da la vuelta y se acerca para ayudarle a levantarse del suelo. ¿Se supone que eso es emocionante? Es que ya lo he dicho antes, a mí estos actores, no me transmiten nada…. Y mucho menos la química que yo considero que debería haber entre ellos…
Había leído varias críticas dejando a los actores y a la peli bastante por los suelos y tengo que reconocer que no se alejan mucho de la realidad. Me la esperaba bastante mejor, como peli digo, porque el libro no lo he leído y no puedo opinar si es fiel o no a la escritura original...
La segunda escena que me ha impactado ha sido cuando ella ha visto el helicóptero. ¡Buahhhh, que subidón de adrenalina me ha entrado! Debe de ser por deformación conyugal. Tengo unas cuantas horas de vuelo helicopterianas sobre mis espaldas, así que a mí eso de los helicópteros sí que me mola J
Sigamos… la siguiente escena que también me ha subido la adrenalina por las nubes ha sido precisamente la de volver a volar por las nubes. Cuando han ido al aeropuerto y he visto que iban a volar en un (¿cómo se llama ese bicho que sueltan en el aire y vuela solo???), bueno, como se llame. Cuando he visto toda esa escena, me he puesto a temblar como una hoja soplada por el viento. Qué maravilla, que sensación de libertad. Casi que me he puesto a llorar de la emoción. ¡Estaba temblando! Simplemente me ha encantado. Creo que volar en un bicho de esos va a ser algo que haga en mi vida.
Sexo y erotismo, para mi gusto poco. Según decían las críticas, había poco sexo y efectivamente, me he encontrado con poco sexo. No es que fuera buscando sexo, pero parecía que el libro era bastante erótico y la peli no me ha parecido muy erótica que se diga… A no ser que se considere erótico el que un hombre no pare de hacerle regalos caros a una mujer virgen que siempre lleva unas bragas horrorosas y anti-sexis a más no poder y a la que quiere iniciar en el sado-maso: un coche, un ordenador, ropa, todo tipo de juguetes sexuales (¡una habitación entera con absolutamente todo de color rojo pasión!), viajes inesperados en helicóptero así como en otros elementos volantes y el poder disfrutar de un alojamiento gratis en el piso cuatrocientos de un rascacielos con vistas imponentes de viernes a domingo. Mira, le ha faltado regalarle un poquito de ropa interior en condiciones para los menesteres del contrato…
Por algún otro lado he leído que esta peli era la versión moderna de 9 semanas y media, pero nada que ver. Esta no le llega ni a la suela de los zapatos. O yo estoy anticuada, no lo sé…
Lo que más me ha gustado de ella, ha sido la cara que ha puesto cuando ha entrado en el “cuarto de juegos”. Cara de asombro y sorpresa que sí que me ha dejado con la curiosidad de que la cámara se diera la vuelta y me mostrara a mí también como era el susodicho cuartito rojo… No está mal el cuartito no… jajajaja. Tiene bastantes juguetes potencialmente “dañinos” para mi gusto, pero bueno, si los usan con cautela y sin hacer daño, pues vale.
También me ha gustado (y mucho) que ella pidiera una reunión de negocios para hablar de un contrato de “acuerdos sexuales”. Eso ha sido muy profesional por su parte y ha sabido estar en su lugar en todo momento. Él se ha excitado sobremanera – “te follaría continuamente hasta la semana que viene” - y ella le ha dejado con la miel en los labios. ¡Bravo! Así se hace, los negocios son los negocios y no hay que mezclar las cosas, que luego nos confundimos.
La otra cosa que también me ha gustado mucho es que ella no ha llegado a firmar el famoso contrato en ningún momento de la película. Creo que eso a él le ha excitado todavía más. La agónica espera ha dejado al pobre Grey todo descolocado… ¡o eso he entendido yo!
En la traducción al español, me ha llamado mucho la atención que no hayan sabido traducir de mejor forma el “fisting anal” y el “fisting vaginal”. Señores, eso significa “meter el puño de la mano en el ano y en la vagina”… ¿qué problema tenían los traductores con eso? No lo entiendo… Me puedo imaginar a más de uno con cara de poquer que no haya entendido que era eso del “fisting”, porque de no saber inglés, yo tampoco lo hubiera entendido.
La canción que más me ha gustado de la banda sonora, ha sido la de la 1ª escena del cuarto rojo, así que aquí te dejo el enlace a tal música (la llevo escuchando todo el rato una y otra vez mientras que escribo esto). Crazy in Love de Beyoncé.
El final de la película me ha sorprendido bastante. ¡No sabía que se había acabado! Resulta que tras darle 6 latigazos en el culo con un cinturón de hebilla (yo esperaba ver un culo ensangrentado, pero la peli no es gore, así que nada, me he quedado con las ganas), ella se pone a llorar y le dice que no la vuelva a tocar nunca más. A la mañana siguiente le devuelve el ordenador y el coche y se larga gritándole que ni se le ocurra tocarla. Se mete en el ascensor, se cierran las puertas y…. SE ACABÓ! ¿?????? Señores, ¡¡que alguien me cuente qué pasa en el segundo libro por favor!! Entiendo que si hay 3 libros significa que vuelven a juntarse para más torturas físicas, pero de momento me quedaré con las ganas de saberlo.
Uffff, que a gusto me he quedado tras destripar un poquito de nada la peliculita de marras. No sé si alguien habrá llegado a leer esto hasta el final, pero yo me lo he pasado pipa escribiéndolo. Si tú has llegado hasta el final de este (extenso) texto, espero que ya hubieras leído el libro o visto la peli!
¡Buenas noches mundo!
 
 


miércoles, 18 de febrero de 2015

JAULA DE GRILLOS

 
 
Resulta que de tanto escribir puede que me esté pasando 3 pueblos y medio. Me dijeron que mínimo escribiera unas 600 palabras para los artículos de mi blog profesional y me encuentro escribiendo artículos de 1,200… Ni tanto ni tan calvo, tengo que encontrar un punto intermedio...
Y es que cuando uno menos se lo espera aparece la inspiración como por arte de magia. Será por lo mucho que me gusta escribir, que aunque me cueste arrancar la pluma luego parece que me quedo sin tinta!
En tan solo 4 o 5 días de decidir escribir en mi blog personal y ponerme a ello, me he inspirado y  llevo varios días escribiendo para mi blog profesional y haciendo acopio de artículos para poder tener varias semanas seguidas cubiertas. Hay que aprovechar las buenas rachas!
Ahora ya ni me pongo el despertador. Mi cuerpo sabe que por la mañana es cuando estoy más activa y ya a las 7am me despierta relajadamente y rápidamente me pongo a preparar el desayuno, mientras “hago los deberes del día” (escribir), antes de ir a mi sesión matutina de gimnasio. Me pongo las pilas en un santiamén con tanta actividad y me encanta!
Hoy no tengo ningún tema concreto para hablar, aunque si lo pienso bien, hay un montón de cosas que me pasan durante el día, de las que hablaría y haría reflexiones personales simplemente para mí, porque me apetece y porque sé que luego es divertido compartirlas contigo.
Ayer me quede sin batería en el móvil así que aproveché un trayecto de metro para hacer lo que a menudo me gusta hacer: observar a la gente. Es divertido ver como hoy en día la mayoría de las personas están totalmente absorbidas por sus pantallas de móvil (desafortunadamente, yo me incluyo en ese gran grupo); algunas otras leen (en tabletas, ebooks, libros o periódicos) y las que menos, observan a los demás, o simplemente miran distraídos a cualquier lugar mientras llegan a su destino.
Así que ayer me puse a observar a la gente y pensé que si todos pensáramos en voz alta, se montaría una buena y el vagón de metro parecería una jaula de grillos.
En una de las paradas subió un caballero que venía hablando consigo mismo. Era un hombre de unos 60 y pico años que iba hablando en voz baja, pero que se veía perfectamente que iba pensando en voz alta. Muy cerca de él había un chico con síndrome de down, de unos 30 años que hasta ese momento no había llamado la atención, pero en cuanto vio a este caballero hablando en voz alta, comenzó él también a hablar en voz alta.
Así que allí teníamos a 2 desconocidos hablando en voz alta (vaya Vd a saber de qué hablaba cada uno, porque yo ya no presté atención a ese detalle en concreto) y al resto del vagón mirando a uno y a otro con cara de extrañeza, desagrado, o asombro.
Y yo me reía para mis adentros mirando a muchos de esos extrañados e intentaba imaginarme que estarían pensando… Y ahí fue donde se me vino a la cabeza que si cada uno de nosotros pensáramos en voz alta, el vagón se convertiría en una jaula de grillos...
 
 

domingo, 15 de febrero de 2015

EXÁMENES Y MÁS EXÁMENES

 



Parece mentira la facilidad con la que me siento estos días delante de un folio en blanco, pienso en un tema que normalmente se compone de poco más de una palabra y dejo correr los dedos por las teclas del ordenador. Que digo correr, la descripción correcta sería ¡volar!. Las palabras casi se me acumulan en los dedos y no me da tiempo de escribir todo lo rápido que se agolpan las ideas en mi cabeza.

La semana que viene la tengo repleta de exámenes. Examen el martes, examen el jueves, examen el sábado… pufff y menos mal que son de cosas que me gustan, que si fueran exámenes “por obligación”, de esos de cuando estás estudiando en el colegio, en la universidad o por cualquier otro motivo que no sea meramente por algo que estás estudiando simplemente por placer, porque te gusta y porque lo has elegido voluntaria y conscientemente, sería peor todavía.

Hace ya más de medio año que escribí sobre mi nueva forma de estudiar. Estudiar para aprender y no para aprobar el examen. Y es que los exámenes a los que me voy a enfrentar semanalmente durante los próximos 6 meses, van a ser todo exámenes orales  y prácticos. Y delante de mis compañeros de clase, cosa que creo que nos pone a todos aún más nerviosos si cabe.

Para mí, hablar en público delante de gente que no te conoce, es mucho más sencillo (dentro de que sigue siendo difícil no ponerse nervioso cuando tienes que hablar en público) que hablar a gente que conoces, como tus amigos o familia y ya no te digo si se trata de compañeros de clase que están estudiando exactamente lo mismo que tú.

En el primer caso, solo tienes que respirar profundamente y empezar a soltar palabras por tu boca con la confianza de que estás hablando de un tema que te gusta, que conoces más que nadie de tu audiencia (o así debería de ser cuando vienen a escucharte desconocidos) y con el que estás acostumbrado a tratar (que para algo vas a clase y luego te vuelves a leer el material de estudio), pero cuando te pones delante de un grupo de “sospechosos habituales” y tienes que explicar exactamente lo mismo que tiene que explicar luego tu compañero de al lado… eso ya es otra cosa muy distinta. Como dicen por ahí “eso es harina de otro costal”.

El miedo al juicio y el compararnos con cómo lo hará el que tenemos al lado, nos bloquea, nos paraliza y si me apuras, hasta nos deja en blanco. ¡¡Qué horror!!

Pero se supone que uno ya tiene interiorizada esa práctica, porque en clase y más concretamente en estas últimas que estoy realizando, las prácticas son continuas. No hacemos exactamente lo que vamos a tener que hacer a partir de ahora, pero parecido. Y de oír tantas veces lo mismo en clase, semana tras semana y mes tras mes, se supone que algo va calando en tu interior y deberías de ser capaz de sintetizar las vivencias y explicarlas a los demás, como si fuera algo que haces cualquier día de tu vida.

¿O acaso tenemos problemas en explicar cómo vamos a hacer la compra, cómo preparamos ese análisis de Excel para presentárselo a nuestro jefe, o como preparamos esa receta que tanto nos gusta y que ya nos sabemos de memoria de tanto hacerla?

Pues esto es algo parecido, así que si lo pienso fríamente, no se a que tengo tanto “miedo”.

Así que aprovechando que hoy es domingo, que hace un día un poco gris y que no tengo previsto ningún plan especial, voy a coger mis apuntes de clase y me voy a poner a hacer mis maravillosos resúmenes para poder leerlos durante la semana y seguir interiorizando todo ese material que luego me van a hacer explicar y poner en práctica delante de un grupo de personas que están exactamente igual de nerviosos que yo.

Que pases un feliz domingo. Ah! Y no olvides participar en la apuesta de la palabra elegida para el “juego de palabras” del que ya tengo escrito el artículo y que publicaré próximamente.

 

 

sábado, 14 de febrero de 2015

JUGANDO CON LAS PALABRAS




A colación del artículo que escribí hace unos días sobre la creatividad, mi querida amiga EA me recomendó un libro llamado “Gramática de la Fantasía”.

Ni corta ni perezosa, en cuanto llegué a casa me apresuré a buscar el susodicho libro en “San Google” y ahí que lo encontré escaneado y listo para ser leído. Es más, al empezar a poner el título en el buscador,  ya venía la reseña “resumen por capítulos” y a mí que me gusta más de la cuenta eso de coger atajos (y eso lo saben bien mis queridas Mosqueteras), además de bajarme el libro en PDF gratuitamente, me leí dicho resumen por capítulos y ya cogí la idea de lo que puede aportarme su entretenida lectura.

Es un libro que está escrito para incentivar la imaginación infantil; si, si, la de los niños pequeños. Y como en cierto modo yo necesito ese tipo de incentivo como carburante para mi motivación,  lo encuentro entretenido a la vez que divertido. Y como estamos aquí para divertirnos, pues vamos a ponernos manos a la obra.

En el segundo capítulo del libro, habla sobre coger una sola palabra y diseccionarla al máximo: por arriba, por abajo, por el centro, por dentro, por fuera y por aquellos sitios adicionales que te puedas imaginar (yo estoy empezando en esto de la imaginación, así que de momento mis neuronas infantiles no dan “pamás”).

Una frase de ese capítulo que me ha gustado mucho es la siguiente: «Las palabras son como la película superficial de las aguas profundas. Las historias se consiguen, justamente, nadando bajo el agua.»

 
Así que aunque a mí eso de bucear no se me da muy bien (porque en cuanto me pongo a hacer snorquel, me entra tal ataque de risa por los nervios del miedo a ahogarme que tengo que salir inmediatamente a la superficie a sacarme el agua de las gafas), voy a intentar jugar un poco con mi palabra favorita. ¿Adivinas cuál es?. Venga, se abren las apuestas

Es más, acabo de decidir que voy a jugar con esa palabra en mi próximo artículo (que no sé cuándo publicaré), así que espero que lancéis vuestras apuestas en los comentarios a pie de este mismo artículo o a través del Facebook. O por whatsapp, me da igual, la cuestión es que empecéis a jugar conmigo.

En un artículo posterior publicaré las iniciales de los ganadores de la apuesta. Ese es el premio para los acertantes J

La pregunta es: ¿qué palabra voy a usar para jugar en el próximo artículo que escriba?. Seguro que AO, que me conoce de sobra, sabe sobre lo que voy a hablar… jejeje. Tu siempre juegas con ventaja en ese tema A!!

Y muchos más de vosotros conocéis al dedillo mis dos grandes pasiones en la vida y con esto os estoy dando más pistas de la cuenta, así que espero muchos comentarios al respecto. A ver quién se atreve a lanzar la primera propuesta!

Hay que ver lo que da de sí el ponerse a escribir por diversión sobre una pequeña idea. Ahora tengo curiosidad por ver lo que da de sí hacerle la autopsia a la palabra en cuestión.

Sigue atento al blog para no perderte cual es la palabra elegida y más adelante para ver las iniciales de los ganadores. Seguro que no te extrañas de ver tus iniciales entre las ganadoras en un artículo que será publicado próximamente.

¡Buenas noches!

 
 

 


LOS REGALOS DE SAN VALENTIN



Hoy es 14 de Febrero de 2015. San Valentín. El día que ha marcado El Corte Inglés para que hagamos un regalo especial a la persona amada. Como si no le pudiéramos regalar lo que nos de la gana cualquier otro día del año….

Pero bueno, reseña aparte, hoy es un día algo más especial que los demás, simplemente porque está reconocido “oficialmente” como el día del AMOR.

Hace unos días le compré un regalito a mi marido y no me había dado cuenta hasta ahora de lo complicado que es envolver algo sin que te vean cuando habitas en la misma casa con otra persona….

Ayer por la noche, mientras él me llamaba para cenar, yo estaba preparando un power point con corazoncitos y un mensajito especial, y con la excusa de que estaba recogiendo la ropa del tendal, pude escurrir el bulto y llevar a cabo mi particular “secreto”.

Luego me quedaba envolver el regalito, claro, que eso ya no tenía nada claro cómo y cuándo iba a hacerlo… pero luego me acordé que no hay cosa que más le guste que quedarse durmiendo profundamente y a pata suelta cuando yo me levanto de la cama por las mañanas (he aquí que estoy escribiendo, siguiendo mi propio propósito adquirido ayer mismo…), así que este es el mejor momento del día para mí, para hacer cosas por la casa sin que se entere.

La de veces que nos hemos escondido regalos el uno del otro en armarios, debajo de la cama o en cualquier otro lugar que sabemos que el otro no va a mirar en un tiempo….

Pues resulta que hoy cuando he bajado a desayunar, me he encontrado con un paquetito envuelto encima de mi mantelito individual de desayuno. Que mono. Yo que le quería dar una sorpresa a él para que cuando venga a desayunar se encuentre un regalito envuelto….. Pues he tenido que cambiar de sitio!

Luego he recogido la cocina y al guardar un tupper, me he encontrado otro regalito metido en el armario de los tuppers! Ahí lo he vuelto a dejar, para mantener un poco más la tensión durante el día. Jejeje, me encanta pensar que yo ya sé que tengo otro regalito por ahí escondido y él estará pensando que todavía no he visto algo más…. A ver si soy capaz de disimular y no cogerlo hasta que tenga que usar algo de ese armario….

Yo por mi parte he cambiado de estrategia y he decidido guardar su regalo en el lugar del exprimidor de naranjas. Y la base del exprimidor la he dejado en la encimera de la cocina para que la tenga que recoger él y cuando la guarde, se encuentre con su sorpresita. Jijiji, que bien nos lo pasamos… parecemos dos niños pequeños.

He decidido que voy a preparar una bandeja con el zumo de naranja y un par de magdalenas caseras que me preparó hace un par de días y se lo voy a subir todo a la cama. Que gustito que te suban el desayuno a la cama. Yo no estoy nada acostumbrada a eso y tampoco se lo hago a él, excepto cuando está enfermo en la cama, así que hoy le daré una sorpresa más subiéndole el desayuno a la cama.

Ah! Y aprovecharé para subir también el “crumble de manzana” que me ha envuelto de regalo, para abrirlo juntos. Llevo días diciendo que quiero probarlo y no hay mejor detalle que encontrarte eso que tantas ganas tienes de probar, envuelto en papel de regalo en un día tan especial como hoy J

 


viernes, 13 de febrero de 2015

CREATIVIDAD AL PODER





Hace alrededor de 1 año que en uno de mis tramos del “Camino del Corazón”, conocí a una persona que estaba leyendo un libro sobre cómo ser más creativo. Me llamó lo suficiente la atención como para pedir el libro prestado 1 día y en los ratos libres ojeé más o menos un tercio de libro. !Estaba lleno de ejercicios prácticos!

 Ya no recuerdo cómo se llamaba el libro en cuestión, pero lo que nunca se me ha olvidado desde entonces es que una de las primeras cosas que hay que hacer para comenzar a desarrollar la creatividad, es escribir. Escribir como mínimo 3 folios (por una cara) cada día.

En aquél momento pensé “bueno, me puedo levantar un rato antes y escribir lo que sea”, ya que la pauta para escribir era esa, simplemente escribir. Como si tienes que escribir mil veces “hoy tengo que escribir 3 hojas y no se me ocurre que poner” durante los 3 folios.

Anoche, no sé por qué, de repente se me vino a la cabeza aquel recuerdo y me hice el firme propósito de que a partir de hoy, me levantaré (o por lo menos quiero intentarlo) una hora antes para ponerme un rato delante del ordenador y empezar a escribir. Aunque sean chorradas. Y ya que tengo mi blog personal totalmente abandonado, voy a comenzar a publicar estos pequeños escritos en dicho blog (nuevamente esa es mi intención… Creo que debería de empezar a escribir ahora la lista de mis nuevos propósitos para 2015…).

Justamente ayer mi marido me preguntó que si ya no escribía en mi blog, algo que también me preguntó mi querida amiga PM el fin de semana pasado… Él dice que ese blog (este que estás leyendo ahora mismo) es más divertido que el que “tengo” que escribir ahora por motivos profesionales. Y es que en mi blog personal, como lo tengo escrito de forma muy anónima porque nunca pongo nombres de nadie, escribo todo tipo de reflexiones personales o simplemente lo que me da la gana, porque lo escribo para mí y totalmente por placer. Otra cosa es que luego lo comparta con mis amigos en Facebook (que sé que tengo fieles seguidores como AO, que sé que no se pierde ni uno solo de mis escritos J ).

No tengo ni idea de a cuánto corresponde en el ordenador 3 folios escritos a mano, pero supongo que por lo menos seré capaz de escribir 1 página de ordenador cada vez que me siente delante de una página en blanco. Aunque solo sea para escribir algo sobre lo que hice el día anterior.

Y como ahora mismo ya se me están agotando las ideas sobre qué más escribir en los 15 minutos que me quedan voy a contaros lo que hicimos ayer (llevo escribiendo una media hora o algo más y el tiempo simplemente vuela!; hay que ver lo poco que dan de sí 430 palabras, que todavía no he completado ni una sola hoja en tamaño de letra 11!).

Ayer vino a comer a casa mi hermano con su hija menor. Comimos, nos echamos la siesta en los sofás (no sé por qué pero en esta familia siempre tenemos la manía de hacer fotos al que pillemos dormitando en el sofá, me parto de la risa, pero es algo que nunca falla!) y luego a eso de media tarde empezamos a hablar de juegos de mesa.

Resulta que en la ciudad donde vivimos hay un bar donde la gente va a jugar (entre ellos mis sobrinas), porque por lo visto tienen una carta enorme de bebidas y una carta enorme de juegos de mesa y al mismo tiempo que vas pidiendo algo para beber, también pides un juego para jugar. Que divertido, no tenía ni idea de que existían estos sitios!

Y hablando hablando de juegos de mesa, saqué uno de los que tengo guardados en el armario y nos pusimos a jugar los 4 (mi hermano, mi sobrina, mi marido y yo). El juego en cuestión se llama “Viajeros al tren” y consiste en ir completando con pequeños vagones de tren, una multitud de diferentes recorridos ferroviarios entre varias ciudades, sobre un mapa de los Estados Unidos de América.

Como ya no nos acordábamos de cómo se jugaba, la primera partida fue un poco de recordatorio de cómo iba el juego, pero fue lo suficientemente buena como para querer jugar otra y plantearnos ir a comprar unas pizzas al súper debido a las horas que eran. La segunda partida nos afiló más si puede los dientes y no tuvimos más remedio que tomarnos la revancha con una tercera partida. Que divertido, como me gustan los juegos de mesa!!! Mi sobrina nos dio una paliza a todos, porque nos ganó las 3 partidas. ¡Que bestia la tía!

Hace casi 4 meses que no escribía nada para mi blog personal, acabo de verlo ahora mismo al grabar este nuevo documento y ponerle fecha en los archivos de mi ordenador, así que parece que ya iba siendo hora de volver a retomar los nuevos (y divertidos) hábitos.

Yo soy bastante radical, paso de blanco a negro de un día al otro, así que a ver cuánto tiempo dura la nueva aventura escritora. De momento me lo he pasado muy bien escribiendo esto y tengo el firme propósito de levantarme un poco antes cada día y escupir lo primero que se me pase por la cabeza en un folio en blanco.

Por aquí lo iré compartiendo también contigo por si te apetece entretenerte un rato.

¡Hasta pronto!